
De Poesía Iberoamericana
La Quinta Estación
Jorge de Arco
Poeta, escritora y traductora, Juana Rosa Pita (1939) lleva publicados más de una treintena de libros. Después de vivir en Washington, Caracas, Madrid, New Orleans y Miami, hace tiempo que encontró grato acomodo en Boston. Desde allí, su labor lírica sigue siendo constante y, fruto de ello, es La Quinta Estación que ahora me ocupa y que llega en edición bilingüe español/italiano.
“Creo que el conjunto, con los Nuevos motetes, aporta claves esenciales de mi modo de ser, de ver y de sentir, dentro de una poética íntimo-universal en que verdad, bien y belleza son misteriosamente inseparables, así en la vida como en la lengua”, escribe la poetisa habanera en su introducción.
Es cierto que el conjunto se articula sobre unos pilares líricos donde la prima la estética de un verbo creativo, solidario en su dicción y donde la fragilidad de lo existencial se torna fuerza al par del vigor de la palabra.
Con el hilván de que cada poema concluye como solución a la adivinanza planteada:
Su oficio es enmendar el mundo
para el sin par misterio disfrutar
de vivir descubriendo: POESÍA
La autora habanera circunda el enigma, la leyenda y la inmortalidad de versos que tienen alma y pensamiento, que liberan el misterio encerrado en su significante:
El Señor se salvó gracias a uno.
Te quiero junto a mí, mas mientras tanto
me deleita encontrarte en algún SUEÑO
Tras las cuatro propicias estaciones, la quinta “connota intermitentes estados de presencia” fuera del calendario y se renombra frente a una atmósfera dichosa, interior e indeleble, donde “toda pregunta implica la respuesta”.
Y así, de la mano de un son endecasílabo y preciso, Juana Rosa Pita se sumerge en una coda titulada “Nuevos motetes” entre los que se reconoce a gusto, ahondando en un mensaje humano y liberador:
Todo es extraño y sencillo a un tiempo,
complejo y familiar: carece en fondo
de interpretaciones pues la vida
reconoce el lenguaje de las nubes.